martes, 20 de mayo de 2014

Reseña "Mis amigos, mis amores"

¡Hola gente! Pues una vez más me toca subir a mí y para no romper la tradición... ¡Subo con varios días de retraso! ¡qué mal suena! En fin, la universidad que me absorbe. Bueno, ya no os entretengo más.





Título: Mis amigos, mis amores (Mes amis, mes amours)
Autor: Marc Levy
Editorial: Rocabolsillo
Género: Adulto – Amistad - Romántica
Año: 2007
Formato: Papel
Encuadernación: Tapa blanda bolsillo
Nº páginas: 256
Precio: 7.95€
ISBN: 9788496940284





                ¿Podrán criar dos padres solteros a sus hijos bajo el mismo techo? Mathias viaja muy a menudo de París a Londres para visitar a su hija pequeña, pero aún así se siente solo. Cuando Antoine, un amigo de su juventud, le sugiere trasladase a Londres para regentar su propia librería, Mathias no necesita mucho para dejarse convencer y pronto se instala en el apartamento vecino al de Antoine. Pero no pasa mucho tiempo hasta que los dos amigos deciden criar a sus hijos bajo un mismo techo. ¿Serán capaces Antoine y Mathias de superar los típicos problemas de convivencia y de no romper su amistad incluso cuando las mujeres se crucen en sus caminos?


                Antes de reseñar el libro, un pequeño inciso. Me enamoré de la forma de escribir de Marc Levy cuando leí por primera vez Ojalá fuera cierto (nada que ver con la película, si la habéis visto y os gustó, leeros el libro, en serio), y desde entonces he ido buscando todos los libros escritos por él. Para ver si alguno me enamoraba igual que ese. Y he de decir que por ahora ninguno le llega a la suela del zapato, en mi opinión, claro… Sí, es cierto que tiene algunos bastante buenos, pero a mí no me llegaban a encandilar, y este no es la excepción.

                Con Mis amigos, mis amores me paso, como ya he dicho, como con el resto. Me lo compre pensando si sería similar al de Ojalá fuera cierto, y me llevé un chasco. Pensé: “dos amigos de infancia, ambos divorciados, viviendo juntos con sus hijos, esto tiene pinta de ser divertido y gracioso” y me equivoqué.
                La verdad es que las escenas divertidas se pueden contar con los dedos de una mano.


                En realidad, todo el desarrollo del libro está rodeado de un halo de tristeza, que aunque realmente no está plasmado con palabras, se siente en cada interacción de los personajes. Realmente, todos los personajes principales, excepto Antoine antes de irse a vivir con Mathias, parecen infelices con la vida que llevan. Y eso, junto con la forma de describir las cosas de Levy, hace que el lector se sienta triste durante casi toda la lectura. Incluso con el final, en el que los protagonistas acaban felizmente emparejados, se ve ese halo de tristeza.


                Y he dicho casi, porque cuando no te sientes triste, te sientes muy cabreada y con ganas de golpear a los dos personajes protagonistas. Pues, como dijo mi madre mientras se leía el libro, en algunas escenas, por no decir todas, Mathias se merece una buena somanta de palos, y Antoine no se queda atrás. Pero Mathias se la merece más supongo que porque tiene un poco más de peso en la novela.
                Para que me entendáis, cuando ambos amigos se van a vivir juntos, parecen un viejo matrimonio. Antoine es un controlador de cuidado, y no para de poner reglas en casa, una de las cuales es “nada de chicas”. Reglas que Mathias se pasa por el forro. Y Mathias es muy despreocupado y no le importa mentir con tal de conseguir hacer lo que él quiera. Y en este caso, es salir con una francesa que ha conocido en Londres (tiene delito, que se mude de Paris a Londres, y que aquí conozca a una francesa de la que se enamora). ¿Ahora entendéis porque se merecen un golpe? Antoine por comportarse como una mamá gallina en algunos momentos, y Mathias porque es un capullo que se pasa todo el libro engañando a su “supuesto” mejor amigo por una mujer. ¡Con lo fácil que sería hablarlo!

                Por otro lado, tampoco me ha gustado la relación de Mathias para con su hija. Se supone que se muda a Londres para poder estar más con ella y se pasa todo el día detrás de una francesa, Audrey. Parece más bien un adolescente que un padre. Otra cosa que tampoco me ha gustado, es la forma de ser de ambos niños. Son demasiado perfectos, no se pelean nunca y… sí, es cierto, a veces los niños son capaces de darse cuenta de los problemas de los padres… pero, me da la sensación de que aquí ha querido hacerlo tan, tan, tan… que se ha pasado tres pueblos.

                En cuanto a los personajes más secundarios, no tengo nada contra ellos, si exceptuamos que tienen ese tinte de tristeza que se mantiene en todo el libro, es bonito ver como Yvonne y Sophie se encargan de cuidarlos, a su manera. Pero tampoco terminan de agradarme.

                Aunque no todo es malo en el libro. Es un libro sencillo, que se lee rápido y fácil, cuyos capítulos son cortos y un vocabulario simple. Aunque a veces en los diálogos te pierdes, por falta de explicaciones a la hora de saber quién habla. Y la historia en sí es simple, sencilla, no esperes giros inesperados, ni nada por el estilo. Es una historia con tintes de realidad, en la que aunque quieras no vas a encontrar nada raro, como un fantasma en el armario. ¡Ojalá!
                 



¡Non leemos! :) ¿Os ha gustado? ¿Me merezco maullidos? ¿Os habéis dado cuenta de qué en mis últimas reseñas no paro de criticar? ¡En fin! 



2 comentarios:

  1. No me llama demasiado la atención, este lo dejo pasar, de momento ^^ ¡Gracias por la reseña!

    Un besote <3

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  2. Jaja, pues no me lo pienso ni mirar, una lrctura menos. Por cierto, he encontrado curioso que la portada se parezca a "lo que encontré bajo el sofá"

    Sonriendo,
    Laura

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