¡Hola, hola!
Lo primero que quiero hacer, antes de todo, es pedir disculpas por lo abandonado que tenemos el blog. Esta vez no hemos estado de exámenes, aunque sí de vacaciones y nuestra mente estaba en modo relax. Así que lo sentimos.
Pero os traigo una reseña que pertenece al nuevo Reto del Libro Viajero que Carolina, Alba y yo (junto a una amiga) hemos vuelto a hacer este año. Por si no sabéis en qué consiste este reto (o si no lo recordáis), el reto consiste en que cada una de las participantes escoge un libro para leer y, mientras lo hace, va señalando frases que le gusta, tachando palabras que no, escribiendo comentarios en los márgenes sobre las actuaciones de los personajes, etc. De esa forma, cuando pasa por todas las participantes del reto y vuelve a su propietaria, la historia ha cambiado completamente. Se podría decir que cuando vuelve, hay una historia dentro de la propia historia.
Pues bien, este año el libro que yo escogí para leer es Oricalco: la Luz de la Atlántida. Y, aunque sin spoilers, aquí os traigo la reseña.
Espero que os guste.
Título Original: Oricalco. La luz de la Atlántida
Saga: Libro único
Autor: Julio Murillo
Editorial: Martínez Roca (Editorial Planeta)
Género:
Año: 2010
Formato: Tapa dura
Nº Páginas: 442
Cuando dos vigilantes del Museo
Británico son asesinados y un escarabajo tallado en basalto, perteneciente a
una famosa colección de la época egipcia, resulta destrozado, Martin Scott, un
inspector de Scotland Yard, se verá obligado a recurrir a la ayuda de una
egiptóloga italiana llamada Paola Lazzari para intentar esclarecer los hechos.
Un misterioso bajorrelieve en el interior del caparazón del escarabajo y los
testimonios de varios transeúntes, que aseguran haber visto una luz cegadora,
serán las únicas pistas con las que cuenten. Sus pesquisas les llevarán al
corazón de El Cairo, donde el asesinato de Robert Woods, antiguo colaborador y
amigo del padre de Paola, agravará las cosas.
Una
misteriosa cita en una vieja librería, un incomprensible mapa estelar dibujado
por Flinders Petrie –uno de los egiptólogos más eminentes de todos los tiempos–
y el hallazgo por parte de Woods de una cámara subterránea sellada con un
antiguo símbolo propiciarán que Martin y Paola sean elegidos por una pequeña
comunidad copta para compartir un secreto celosamente custodiado durante más de
un siglo: la relación entre un descubrimiento hecho por Petrie en los túneles
de Guiza sesenta años atrás, la existencia de la mítica ciudad perdida de la
Atlántida y su conexión con la civilización egipcia y maya.
Llevaba queriendo leer este libro
muchísimo tiempo, porque lo encontré en una pequeña feria de libros que
hicieron en mi instituto y me llamó la atención. Pero no ha sido hasta que nos
hemos planteado hacer la segunda edición del reto del libro viajero, que le he
dado una oportunidad. ¿Por qué? Ahora me hago una idea, pero no es del todo
mala. Sólo os diré que tengáis en mente un libro con un aire a La Búsqueda y una mezcla de La Momia.
Así que aquí vamos.
El libro empieza presentándonos un
poco el porqué del resto del libro. Nos dice qué es lo que ha llevado a que las
demás páginas sucedan y la razón por la que deberíamos seguir leyendo. Luego,
ya nos adentramos en una época más conocida y conocemos a uno de nuestros
protagonistas, Martin Scott, inspector de Scotland Yard.
A Martin lo conocemos porque sucede
un asesinato en el museo de Londres, y no es hasta que llegan allí que se dan
cuenta de que algo extraño sucede. Sólo han matado a dos guardas por llevarse
algo que había dentro de un escarabajo de una exposición. Así que así es como
comienza nuestra aventura. Luego vamos conociendo a Paola Lazzari, nuestra
estudiosa que lo sabe todo de Egipto, y a los demás personajes que componen
esta historia.
“Si le da armas al diablo, no dude de que las utilizará.”
Conforme pasan las páginas y nos
vamos adentrando más en la historia, te das cuenta de que la cosa pinta bien.
Descubren que el robo está unido a una organización extraña y, a su vez, al
origen de Egipto. Así que el libro, en general, no está mal. Pero hay algo que
falla.
No sé si es el hecho de que hay
diálogos que se vuelven monólogos, o que el autor pretende meter demasiada
información en el libro. Entiendo que quieras introducir todo lo que has
encontrado al hacer la búsqueda para este libro, pero el lector llega un
momento que se satura. Cuando Paola comienza a hablarle de todas las teorías
que hay sobre la creación de Egipto y toda la exactitud matemática que
presentan siempre en su monumentos. Cuando salta de un autor a otro para
enlazar una teoría con otra…al final llega un momento que ya no sabes ni de qué
época de Egipto hablan.
Porque esa es otra cosa que me ha
gustado pero a la vez no. De alguna forma que todavía no he logrado asimilar en
mi cerebro, el autor relaciona la Atlántida, lo que nosotros conocemos como
Diluvio universal y la aparición de Egipto en una sola teoría.
“El trono es una silla de la que nadie sale vivo.”
Por un lado no me gusta porque te
das cuenta de que es casi imposible, no tiene lógica. Aunque esto quizás se
debe más a que es la forma en la que descubren esta relación y en la que está
narrada, que en la relación en sí. Porque Julio tiene una forma de unirlo todo
que te hace pensar si podría haber ocurrido de verdad. Si, de alguna forma, la
Atlántida hubiera sido el origen de Egipto.
Pero no sé, parece todo demasiado
fantasioso y hay algo en la forma en la que los protagonistas lo descubren
que…no sé, no me termina de convencer.
Por otro lado, hay momentos en los
que pienso que los personajes no están bien construidos. Martin empieza
metiendo la pata con una frase nada más aparecer en escena, pero luego se
vuelve un trozo de pan. Paola, por su parte, parece un personaje femenino
fuerte e independiente, y luego la vuelve una persona frágil y débil, sólo para
volver a darle una escena en la que te das cuenta de que es más fuerte de lo
que te había hecho pensar. Así que no sé… os dejaré a vosotros debatir sobre
ello.
Aunque sí que os digo que hay
personajes a los que querréis matar nada más abrir la boca. Hay dos especímenes
de hombres que…mira, todavía me hierve la sangre al pensar en ellos. Uno por
ser un asesino a sangre fría que te deja entrever que puede dormir
perfectamente por las noches sin sentir remordimientos por nada, y otro por ser
un machista energúmeno y asqueroso. Y como en el un, dos, tres: hasta aquí puedo leer.
“–[…]. Su error estriba en creer que la bondad mueve el mundo, cuando es
todo lo contrario.
–Lo sé, Edward. Por eso procuro no olvidar nunca que solo estoy de paso
por aquí.”
Sin embargo, sí que he de destacar
la forma de escribir de Julio. Sencillamente, me ha encantado. A pesar de haber
momentos en los que el lector recibía demasiada información de una sola vez, la
forma que tiene de describir El Cairo, de contarte los pequeños tenderetes del
mercado, la cámara que le enseñan a Paola al final del libro y la manera en que
te hace sentir que de verdad estás allí, con Martin y Paola en Egipto. Es
asombroso.
Así que, sin saber qué más decir
del libro (y sabiendo que en realidad no he dicho gran cosa porque mi mente
todavía no ha asimilado este libro), os digo que es un libro que cuesta un poco
leerlo. No es la típica historia que en una sentada te lo lees. Más que nada,
porque son frases más elaboradas, con muchísima información que asimilar y
tienes que concentrarte para seguir a los personajes. Sino, puede que te
pierdas en algún momento.
Pero si os gustan los libros de
este tipo, con un toque de lo más arqueológico, con asociaciones malvadas que
quieren acabar con el mundo, con un inspector de policía que se vuelve un
trocito de pan (pero mantiene el sentido de humor inglés que nunca he
conseguido pillar), un taxista de lo más simpático (y un poco loco, creo yo) y
una protagonista que no sabes muy bien qué pensar de ella pero que te das
cuenta de que es una fuente inagotable de conocimiento egiptológico (¿esa
palabra existe?), tienes que darle una oportunidad a este libro.
“–El mundo, señor Scott, es un cementerio lleno de mitos y de leyendas
que no deben ser exhumadas a menos que se tenga muy claro lo que se está
haciendo.”
Quizás cuando lo acabéis penséis
como yo, que es un libro más que ha pasado por vuestras vidas pero nada más. O,
quizás, os enamoréis de Martin Scott, de Paola, del oricalco y de la Luz de la
Atlántida. ¿Quién sabe?
Así que sí, lo recomiendo. Pero si
decidís darle una oportunidad, con calma. No es un libro para leer deprisa y
corriendo.
¡Y hasta aquí la reseña de hoy!
Espero que os haya gustado (o no). Recordad que nos podéis comentar lo que queráis, si os ha gustado la reseña, si no, si le daríais una oportunidad al libro o no os ha terminado de convencer. Lo que queráis, aquí estamos para escuchar (o leeros).
¡Nos leemos!
Me parece muy buena la idea del libro viajero, así puedes combinar la lectura con los pensamientos de aquellos que leyeron el libro antes^^
ResponderEliminarEn cuanto al libro, la verdad es que al principio me llamaba la atención, que hable de la Atlántida me parece interesante, pero a medida que iba leyendo tu reseña me he desanimado cada vez más. La verdad es que no estoy para teorías absurdas, personajes mal construidos y sobreinformación acerca de Egipto. Eh...como que va a ser que no. Espero que tu próxima lectura sea mejor^^
Un saludo,
Laura
¡Muchísimas gracias por comentar!
EliminarSí, lo cierto es que el reto del libro viajero es una iniciativa increíble. Aunque sí que es cierto que he de reconocer que, el año pasado que fue el primer año que lo hicimos, casi no pusimos comentarios en los libros porque nos daba pena rayarlos jajaja. Pero este año ha sido todo genial.
A mi me pasó como a ti con el libro, que al leer la sinopsis me llamó mucho la atención y, sin embargo, cuando empecé a leerlo fue muy... ¿normal? No sabría cómo decirlo, pero entiendo que haya dejado de interesarte jajaja.
Un abrazo enorme,
Laura