¡Hola, hola! Ya estoy aquí de vuelta con la primera saga que me toca publicar a mí. Espero que hasta ahora os hayan estado gustando las reseñas. Estamos llegando al final, así que espero que disfrutéis.
Un besazo enooooooooooooooorme.
Título Original: The Battle of the Labyrinth
Saga:
Percy Jackson y los dioses del Olimpo
Autor:
Rick Riordan
Editorial:
Salamandra
Género:
Fantasía – Aventura – Juvenil
Año:
2009
ISBN:
978-849-838-252-5
Formato:
Rústica con solapas
Nº Páginas: 320
A punto de comenzar primero de secundaria, Percy Jackson no espera
emociones fuertes, sino más bien un aburrimiento soporífero. Pero cuando en la
nueva escuela se presenta una vieja amiga, seguida de un par de animadoras
diabólicas, los acontecimientos se precipitan y todo empieza a ir de mal en
peor.
La guerra entre los dioses olímpicos y Cronos, el malvado señor de los
titanes, se vuelve inminente, e incluso el Campamento Mestizo, donde se
refugian los jóvenes semidioses, corre el peligro de sucumbir ante el avance
del ejército de Cronos.
Para detener la invasión, Percy y sus amigos deben emprender una
arriesgada búsqueda a través del laberinto, un mundo subterráneo plagado de
trampas peligrosas, monstruos furiosos y criaturas perversas, concebido para
acabar con quienes se atrevan a profanarlo.
De acuerdo, a
estas alturas de la saga una ya se va poniendo nerviosa y tan emocionada que no
sabe qué escribir a la hora de hacer la reseña (o sí lo sabe pero lo único
que sale es algo parecido a: jasnñdajndñjasdnñajsd). Pero haré el esfuerzo.
Una cosa que
quiero comentar antes de meternos de lleno en el cuarto libro y que me he ido
dando cuenta conforme iba leyendo, es que Rick tiene la habilidad de volver a
la escena más tensa y más “impactante” una escena graciosa/ridícula/irónica. Y
lo consigue tanto con los pensamientos de Percy (que por si no lo he dicho
nunca, es quién cuenta la historia. En primera persona), hasta por los
comentarios que sueltan algunos personajes (muchas veces el propio Percy). Así
que para mí, eso ya se merece un aplauso importante (y una ola de tres hombros.
Ya me entenderéis). Porque puedes estar llorando, comiéndote las uñas de la
tensión o lo que sea y de repente ponerte a reír por un comentario, o por lo
ridícula que resulta la situación.
Ahora sí,
centrándonos en el libro cuarto. Fantástico. Si el tercero ya nos dejó con
ganas de más, esta entrega no defrauda a nadie. Averiguamos la verdad sobre
Nico (por lo menos, casi toda la verdad), encontramos a gente estrafalaria.
Descubrimos las maldiciones que alguna gente de los mitos tuvo que sobrellevar.
Y, por si fuera poco, vamos viendo crecer el amor (lo siento, pero es que
esta pareja me puede. Entre que Percy es mi espíritu animal y a Annabeth como
que se ha convertido en mi crush femenino literario…en fin.)
En este libro,
se tienen que internar en el archimegahiper conocido Laberinto del Minotauro
para ayudar a Grover. Porque sí, nuestro sátiro favorito vuelve a la carga. Y,
más gracioso que nunca (aunque sigo pensando que tiene que estar embarazado.
Demasiados cambios hormonales). ¡Y vuelve Tyson! ¿Qué queréis que os diga?
Se le coge cariño al grandullón. Y acompaña a Annabeth, Percy y Grover al
interior del Laberinto.
Percy sigue
siendo genial, demasiado para una mente perturbada como la mía. Sus salidas
irónicas, su espíritu aventurero, su sentimiento de lealtad para con sus amigos
y seres queridos. Sus ansias de defender a todo el mundo. Vamos, que si el
chico no fuera tan cortito para darse cuenta de su vida amorosa, me lo
agenciaría para Navidad. Pero aún así, no puedes evitar sufrir con él, pelear
con él y, por qué no…madurar con él. Porque a veces, se nos olvida que según el
libro, Percy sólo tiene 15 años. Y, personalmente creo que para esa edad, es
bastante maduro.
Annabeth
es…ains, mi chiquitina. Como dice Percy, le tiene miedo a una simple araña,
pero luego se lanza al peligro de cabeza para salir airosa de todo y defender a
sus amigos. Su cabeza es….vamos, si juntamos a esta chica con Hermione…se lía
parda. Me encanta. No se rinde ante nada, pero a la vez en este libro
conseguimos ver su lado gracioso. Nos damos cuenta que no es sólo inteligencia,
hay una verdadera persona detrás de la hija de Atenea. Así que personalmente me
gusta mucho el giro que da en esta entrega su personaje.
Luke…¿qué
queréis que os diga? Yo al chico le tengo cariño. Supongo que puedo culpar el
hecho que esté loquita perdida por el actor que le ha encarnado en las
películas, o que me guste ser masoca y confíe ciegamente en las causas
perdidas. Quién sabe. Pero yo creo que aún hay algo dentro de Luke. Y se nota
que se preocupa por la gente que de verdad quiere. La que se ha estado
preocupando por él. Aunque a veces no se pueda apreciar.
Clarisse me va
cayendo mejor. Puede que no termine de convencerme su personaje (y a pesar que
en este libro casi no sale), pero creo que puedo llegar a tolerarla. Se ve sus
lealtades y una parte más humana de ella. Así que me encanta.
Y, ya para
terminar, volver a destacar (como siempre) las descripciones de Rick. Ya
no sólo para lugares, sino también para la batalla del final del libro.
Simplemente espectacular. Tenéis que leerlo para entender de lo que estoy
hablando.
Así que, como
todos los títulos anteriores, libro totalmente recomendable. No os defraudará y
seguro que no podréis soltarlo.
El último Héroe Olímpico.
Los mestizos
han dedicado mucho tiempo a prepararse para la batalla decisiva contra los
titanes, aunque saben que sus posibilidades de obtener la victoria son mínimas.
El ejército de Cronos es ahora más formidable que nunca y, con cada dios y cada
mestizo que logra reclutar, aumentan los poderes del maligno titán.
Percy fracasa
en un primer intento de detener en alta mar las arrolladoras huestes de Cronos
e, inevitablemente, estalla la contienda más sanguinaria y espeluznante de
todos los tiempos, un auténtico enfrentamiento por la supervivencia. Los
olímpicos se esfuerzan en mantener a raya la furia desatada del monstruo Tifón.
Cronos ordena el avance definitivo hacia la ciudad de Nueva York, donde el
monte Olimpo, en lo alto del Empire State, se encuentra prácticamente
indefenso. Pararle los pies al implacable Señor del Tiempo dependerá
exclusivamente de Percy Jackson y un pequeño ejército de jóvenes semidioses...
En esta última y trascendental entrega de la serie, la profecía largamente
anunciada en torno al decimosexto cumpleaños de Percy se hace por fin realidad.
Y mientras la batalla por la civilización occidental se libra con brutal ensañamiento
en las calles de Manhattan, Percy abriga la terrible sospecha de estar luchando
tal vez contra su propio destino.
“Y más bien me
gustaba que hubiera transgredido las normas para venir a sentarse a mi lado.”
“Quirón había insistido en que habláramos por la mañana, lo cual era como decirnos: «Vuestra vida corre un peligro mortal, chicos. ¡Que durmáis bien!»”
“Ella sonrió por primera vez en varios días y, solamente con eso, sentí que todo lo demás valía la pena.”
“—Por allí —decidió.
—¿Cómo lo sabes? —pregunté.
—Razonamiento deductivo.
—O sea... te lo imaginas.”
“Normalmente, cuando los dioses te buscan no es a causa de su bondad. Es porque quieren algo.”
“—No seas maleducado. Los centimanos tienen cincuenta caras distintas.
—Debe de ser complicado hacer la foto de fin de curso.”
“—Percy —dijo Grover débilmente—, hasta la inmortalidad tiene sus límites.”
“Gerión se encogió de hombros, cosa que resultaba rarísima porque tenía tres pares de hombros. Daba la sensación de que estuviera haciendo la ola él solo.”
“El último tipo que me pidió este favor (era mucho más atractivo que tú, por cierto) consiguió convencerme y... ¡fue el peor error de mi vida! ¿Tienes idea del daño que le causa a mi ecosistema todo ese estiércol de caballo?”
“Le daba miedo la araña más diminuta, pero no la posibilidad de caer al vacío desde un pasamanos larguísimo. A ver quién entiende eso.”
“Resulta más complicado trabajar con personas que con máquinas. Y cuando rompes a una persona, ya no puedes arreglarla.”
“Los héroes casi nunca están a la altura de nuestras esperanzas."
“—Esto puede ser el final —dijo.
—Tal vez.
—Ha sido un placer combatir contigo, sesos de alga.
—Lo mismo digo.”
Y hasta aquí la reseña de hoy. Espero que os haya gustado. Y recordad que si habéis leído el libro o planeáis leerlo o simplemente queréis comentar algo, los maullidos son bien recibidos.
Por cierto, que una de las frases esté en negrita no es una errata, simplemente que quería destacarla de las demás porque pienso que es una frase preciosa y el principio de Percy dándose cuenta de sus sentimientos por Annabeth.
Y nada más, pasad una buena semana. Recordad sonreír, que es gratis :)
¡Nos leemos!
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